Hace unas semanas veíamos despavoridos como se iniciaba la invasión de Ucrania. A todos se nos rompió el corazón, y el devenir de los días solo ha conseguido hacer esa herida algo mayor.
Desde el primer día, un grupo de personas del pueblo pensamos que no podíamos mirar a otro lado y que debíamos hacer lo que estuviera en nuestra mano para ayudar. Y con esa voluntad las cosas fueron saliendo. Primero dimos con Rostislav, un auténtico héroe que tenía su vida hecha en España pero al cual la invasión le cogió en su país y decidió no abandonar. El ejemplo de personas de una alta talla como el Presidente Zelenski, han dejado huella en su pueblo. Preguntamos a Rostislav qué es lo que más urgía: “medicinas y gente que las traiga”, nos contestó. Y sin pensarlo, nos pusimos manos a la obra. Dos semanas de intensa recogida, en la que queremos agradecer el gran trabajo llevado a cabo por todos los voluntarios y voluntarias de principalmente tres instituciones: el colegio Sagrada Familia FESD, la Fundación Juanjo Torrejón y la Fundación Emiliani. Gracias a todas las mujeres y hombres que dedicaron mañanas y tardes a la tarea. Gracias a los médicos y enfermeras que echaron largas horas haciendo un inventario de medicinas riguroso y exhaustivo. Gracias también por la organización y la disposición al Ayuntamiento de Aranjuez, y en especial al concejal Miguel Gómez, hombre de fe y obras, que siempre estuvo al pie del cañón. Gracias a Sara y a todas las madres y padres del colegio Sagrada Familia que rápido se pusieron en marcha para ser familias de acogida. Gracias a todas las familias que nos habéis llamado para ofreceros como hogar. Gracias Elena por facilitarnos el contacto con los funcionarios de Leópolis y a su vez la primera toma de contacto con las personas ucranianas que han venido de vuelta con nosotros a España. Gracias al que quiere mantenerse en la sombra, pero puso sus vehículos a disposición de la aventura sin duda y sin condiciones. Gracias a las farmacias de Aranjuez por su ayuda y su paciencia en los días de recogida. Gracias a todos y cada uno de los particulares que habéis donado medicinas, algunos incluso hasta palets enteros. Gracias por las donaciones económicas, porque sin ellas sería imposible un viaje de una semana con cinco vehículos grandes y más de 7000 kilómetros a las espaldas. Gracias a los empresarios de Aranjuez que habéis colaborado, gracias a los hosteleros, gracias al pequeño comercio del pueblo. Gracias, y si nos permitís un consejo, contar con todos ellos, porque cuando se necesita contar con ellos, siempre están. Sois muy grandes.
Y ahora sí, uno por uno, al grupo de los 13 que fuimos y que ya no somos trece, sino 20. Nos fuimos amigos, y volvimos familia.
Gracias Rafa por lanzarte. Gracias Alberto por la serenidad. Gracias Chusi por la lucidez en cada paso. Gracias Dani por la entrega. Gracias Inka por la valentía. Gracias Jaime, Eva, Juanma, porque a vuestro lado uno se siente plenamente bien y seguro, (la seguridad de Aranjuez está en muy buenas manos), gracias Luis por el trabajo abnegado, gracias Miguel por estar a todo, gracias Ricky por poner el humor, gracias Pablo por esa manera de tratar a las personas que se encuentran mal, y gracias David por tener una buena idea.
Gracias a nuestra familia ucraniana que ya está en Aranjuez: Lara , Shasha, Mila, Yegor, Iuliia, Vira e Inna y sus compañeros fieles de viaje.
Como cantaban en Basida en sus celebraciones: “quién podrá sentir el placer de curar las alas de un pájaro herido, quién podrá sentir la emoción de ver sonreír unos ojos sin brillo”. Haber logrado solo un poco de esto, nos hace sentir muy felices. Gracias Aranjuez, sin vosotros, no lo hubiéramos logrado.
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