La izquierda en España siempre ha destacado por la gran facilidad que tiene para crear empleo. O por lo menos eso es lo que intentan colarnos cada vez que abren la boca para hablar de trabajo. Ejemplos cercanos de la creación de empleo en España por parte de la izquierda los podemos ver en cómo estaban las listas del paro en el año 1995 tras los repetidos gobiernos de Felipe González, o cómo estaban las listas del paro en el año 2011 tras los dos inolvidables legislaturas de Zapatero, o cómo está en este momento Andalucía, la región española con el mayor nivel de paro tras décadas de gobiernos de izquierda.
Ahora los aprendices de brujo que desde la izquierda más radical y trasnochada quieren alcanzar las más altas instancias del poder en España para ponernos al nivel de Venezuela o Irán, están contándonos sus ideas para acabar con el paro. La última en hablarnos de la existencia de un nicho de empleo hasta ahora inadvertido ha sido Carmena, la podemista alcaldesa de Madrid. Gestor de paz. Profesión con futuro a ojos de la señora.
La cosa es simple, la previsión es que se creen muchísimos puestos de trabajo aunque eso sí de muy poca duración. De hecho lo previsible es que en la primera jornada de trabajo el puesto quede vacante por fallecimiento de su titular. Los profesionales Irán equipados con chaleco, margarita en la oreja y guitarra. Su trabajo, empatizar con los terroristas, ver en ellos su parte humana para entender por qué quieren masacrarnos.
Para que entendamos la labor de estos novedosos trabajadores, en el sangriento escenario del pasado viernes en París, los gestores de paz deberían sustituir a la policía para acercarse a los terroristas en medio del tableteo de las Kalasnikof para instarles, de forma amistosa mientras con su guitarra hacen sonar las notas de Imagine, a que les explicasen por qué motivos destrozan la vida de más de 130 familias con tanta saña y crueldad.
Así, en el futuro, cuando volviesen a asesinar de una forma tan salvaje, los gestores de paz, bueno los que quedasen vivos, nos podría explicar qué extraño dios es ese al que invocan antes de degollar a sus víctimas, qué placer encuentran en los baños de sangre que rodean sus valerosos y multitudinarios aquelarres, podrían...no podrían nada porque por mucho que Carmena y los suyos quieran dibujar un escenario de buenismo que asombraría al mismísimo Ghandi, los españoles, aunque mucho más despacio que nuestros vecinos franceses, vamos aprendiendo golpe tras golpe que a los terroristas hay que combatirlos con los únicos argumentos que entienden, los argumentos del uso de las armas para derrotarlos.
En esta nueva idiotez de Carmena, siguiendo la estela marcada por Iglesias, no alcanzo a imaginar cómo hubiese dialogado con los asesinos entre los más de 5.000 proyectiles disparados en la operación contra una célula yihadista este pasado miércoles en Saint Denis, en qué momento hubiese aprovechado esta señora para acercarse a los terroristas para darles flores y abrazos.
Estamos a un mes de nuestras elecciones generales y a algunos se les hace la boca agua pensando en la oportunidad de un nuevo y rentable No a la guerra.Se intentan armar con unas razones que sólo nos pueden llevar a perder nuestra Libertad.
La opinión de que es necesario atacar a los terroristas, luchar con todos los medios contra ellos, no es un acto de odio ni de venganza, sino de defensa de nuestra civilización, de nuestras vidas y de nuestra libertad. Los franceses lo han entendido.
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