jueves, 11 de abril de 2019

Homenajeando a un clásico de Aranjuez: kiosco Isabelo

Hoy está usted invitado porque cumplimos 75 años.
Con estas palabras me recibieron hace unos días en el centro del centro de Aranjuez.
No he visto, porque no hayla, ninguna referencia a la efeméride de tan importante acontecimiento para los ribereños. 
En estos tiempos de lo efímero, cuando las multinacionales penetran en nuestro tejido como lo hicieran las aguas del Mediterráneo en la calma orogénica del Secundario llenando de calizas media península Ibérica; cuando ni El Corte Inglés ha conseguido superar la independencia de que gozase en los tiempos de Areces y anda medio endeudado y con los herederos a sartenazos, Isabelo aparece tan inamovible como la estatua de Alfonso XII que vela eterna sobre la plaza de la Constitución.
Fue, el querido quiosco, amortiguador de hambres de posguerra, sueño imposible de los niños que nacimos en aquellos años oscuros y que contemplábamos como una fiesta el día que nuestros esforzados padres podían, con su escaso peculio, llevarnos a Isabelo a comer unos churros. 
Los niños de ahora comen churros cuando les da la gana, para nosotros había de ser festivo y motivo de celebración para poder degustar el hispano invento.
Felicidades a los descendientes del promotor de tan permanente empresa; gracias por vuestra perseverancia; por vuestra inamovible voluntad de aguantar tantos años, tantas crisis, tantos cambios sin privarnos de disfrutar del reconfortante café mañanero o el chocolate vespertino y nuestros queridos churros.
Gracias.
ANDRÉS MADRID

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