En el pleno ordinario, celebrado el pasado jueves 12 de julio, se rechazó la propuesta del nuevo reglamento de participación ciudadana. El punto fue rechazado por los votos en contra de la derecha y una abstención de Acipa, cosa que esperábamos dado el carácter progresista del documento que se presentaba, y por dos votos en contra y dos abstenciones de Aranjuez Ahora.
Esta formación política explica esta decisión argumentando que “dos votos en contra y dos abstenciones significan, simplemente, que el trabajo que se ha hecho de momento avanza en una dirección admisible, pero que debe culminarse de una forma plural y participativa”. Desde Iniciativa por Aranjuez entendemos que esta decisión solo puede tener dos explicaciones: una, que detrás de esta posición hay un tacticismo político, que sólo busca y buscará impedir que se tomen decisiones de avance; otra, que la insolvencia política de este grupo, demostrada en muchas otras decisiones anteriores en asuntos de calado para esta ciudad, les hace proyectarse con absoluta irresponsabilidad.
Las fórmulas son ya conocidas y llevadas a la práctica por más de un grupo político, por desgracia para nuestra ciudad. Conscientes de que el asunto a tratar es de calado e importante para la ciudad, conscientes de que su puesta en funcionamiento mejorará y mucho la percepción, que una parte importante de la ciudadanía puede empezar a tener de sus gestores políticos, les lleva a hacer lo que hacen.
Se incorporan a los trabajos previos pero sin demasiada implicación, aparentan complicidad con el asunto a tratar e incluso se posicionan a favor, porque en el fondo no encuentran argumentos sólidos para oponerse, pero, casi fuera de tiempo, en el último momento echan un órdago, bloquean, y rebuscando pretenden incorporar algún asunto de menor calado o de imposible incorporación. A partir de ahí, una retahíla incomprensible y de carga aparente, que nada aporta al beneficio de los vecinos.
Si Aranjuez Ahora hubiese tenido la menor intención de mejorar el texto presentado, hubiese trabajado desde el primer momento en ello, hubiese hecho aportaciones que nunca ha realizado, y no habrían tenido que esperar a la comisión informativa, anterior al pleno, para trasladarlo y hacerlo sobre contenidos que nada tienen que ver con la realidad de Aranjuez y con las posibilidades de ejecución del Ayuntamiento. No han aportado nada, ni han rechazado nada, en contraposición a muchas de las entidades y asociaciones que han participado en el borrador y han hecho aportaciones, consideraciones y observaciones, durante todo el proceso, que ha sido largo.
Aranjuez Ahora le pide al concejal de participación ciudadana “que rebaje el tono” y casi en la misma línea le acusa de “clientelismo y adhesión demagógica” y plantea que este reglamento es absolutamente parcial porque obvia aportaciones de las plataformas. No sabemos si eso es un buen tono político, pero lo que sí se puede demostrar es que es absolutamente falso, como lo son la mayoría de las afirmaciones vertidas en su nota de prensa. Hablar de clientelismo y adhesión demagógica no es ni más, ni menos, que una falta de respeto al conjunto de asociaciones, organizaciones, sindicatos y partidos políticos. Ámbitos de los que Aranjuez Ahora anda muy alejado.
El reglamento presentado sin duda podrá ser mejorable, claro que sí, especialmente cuando el Ayuntamiento pueda contar con las tecnologías y el personal adecuado para ello. Un proceso participativo no es solo compartir un documento y proponer modificaciones, claro que no. No es precisamente Aranjuez Ahora quien tiene que darnos lecciones de qué es un auténtico proceso de participación, al que aspiramos y por el que llevamos trabajando desde hace más de dos años. In-Par ha presentado propuestas concretas, no conocemos ninguna suya, ni documento alternativo, ni iniciativa para mejorar la prouesta, nada.
Este reglamento no es el capricho de un concejal, ni se pretende aprobar a toda costa en falso, pero estamos convencidos de que es el mejor reglamento posible teniendo en cuenta el actual contexto normativo, la situación asociativa actual de nuestro municipio, la correlación política y el lugar de dónde venimos. Eso es lo que se ha pretendido, tener una herramienta de mucho valor político. El texto que se presentaba lo tenía y lo tiene, sin ninguna duda, solo basta leerlo y compararlo con el anterior para darse cuenta de los enormes avances que plantea y serán las entidades que han participado y las que no las que tendrán que establecer su valoración.
Ninguna prisa, el trabajo está realizado, pero será muy difícil por no decir imposible a ocho meses de que acabe el periodo de competencias reales de la actual corporación, aprobar un nuevo reglamento de participación. En primer lugar, porque requiere un clima de confianza mutua inexistente, un clima que estamos obligados a superar pero que dificulta mucho, muchísimo el avance y el entendimiento. En segundo lugar, porque son muchas las trabas y dificultades internas que aparecen cuando te pones a trabajar un texto de este calado, entre otras, se necesita desarrollar un área de participación ciudadana, hoy inexistente, con recursos materiales, humanos y tecnológicos que permitieran llegar más lejos. En tercer lugar, difícil es poder consensuar una propuesta de avance, con quienes están por el retroceso, o son contrarios al trabajo institucional. En cuarto lugar, porque quienes conformamos el gobierno municipal y la concejala no adscrita, también tenemos nuestros propios criterios y defendemos toda la participación posible, no soflamas inviables.
La participación a día de hoy no funciona, retomar de cero a cien el compromiso político no es posible. Se precisan instrumentos y propuestas que permitan a través de derechos concretos que sean lo vecinos los que se identifiquen con la normalidad en la participación institucional. Sin que nadie imponga, el cuándo y el cómo, sin que haya lagunas ni puertas de escape, compromisos y derechos de los vecinos a participar y la forma de hacerlo, es lo que el documento recoge. Estos eran y son los objetivos del reglamento, objetivos que se han truncado, por la posición desconcertante de Aranjuez Ahora.
Lo que realmente han conseguido con su voto, junto con los del PP y Cs, es que nuevas formas de
organización, como son las de las plataformas, coordinadoras etc., no tengan un espacio propio y directo de participación; que procedimientos recogidos en otros reglamentos, como los de iniciativa popular, consulta o audiencia, no estén especificados; que la posibilidad de que consejos sectoriales, consejo ciudad, consejos de barrio, puedan definir su propia composición y organización, sea ahora imposible; que contemos con un consejo donde se puedan abordar y trabajar decisiones relacionadas con nuestro nombramiento de paisaje cultural, inviable; que existan nuevas fórmulas para los vecinos de participación y de presentación de propuestas al pleno, imposible. Y todo esto, no porque el gobierno no quiera, simplemente porque debe estar regulado, como lo está el propio funcionamiento municipal, y Aranjuez Ahora lo ha impedido junto con la derecha de este municipio, que sigue en cuanto peor mejor.
Han bloqueado la posibilidad de avance, el nuevo reglamento de participación no era un objetivo en sí mismo, era el instrumento para empezar una andadura hacia la participación. Sabemos que ha habido muchas asociaciones, organizaciones, partidos, sindicatos, que han estado de una manera u otra en todo el proceso que se inició en 2016 y ha culminado en julio de 2018, como lo ha estado nuestro partido. Desde In-Par les decimos, que seguiremos trabajando y que encontraremos el momento, con otros actores que representen los valores de progreso real, en conseguir que la Participación Ciudadana, sea un valor preciado.
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