Intervención le pide al PSOE que sea un partido de izquierdas y, al menos, asegure la financiación de los servicios públicos municipales
El último informe trimestral del Interventor acerca de la evolución del Plan de Ajuste del Ayuntamiento de Aranjuez confirma que el Gobierno del PSOE e InPar ha renunciado a las mínimas obligaciones que cualquier gestor público debe ejercer, con las consecuencias que eso está trayendo a la ciudad, especificando: "En el ejercicio de 2018, no se han modificado las Ordenanzas Fiscales ni se han realizado estudios para determinar el coste de la Tasas, por lo que la situación de déficit para hacer frente a las obligaciones presupuestarias y de mantenimiento de los servicios públicos, se va a seguir manteniendo en este ejercicio de 2018".
Así de clara se muestra Intervención Municipal, en un tono cada vez más alarmante respecto de la evolución de la situación financiera del municipio. Sin presupuestos para este año, sin ordenanzas fiscales, sin unas medidas de mínima gestión pública, el informe del Interventor advierte de que la acción política y la gestión presupuestaria del Gobierno PSOE-InPar está "dando lugar a una falta de financiación de los Servicios Públicos Municipales". El bipartidismo socialista se ha conformado con su plan de parcheo insuficiente e inviable, pues es muy posible que esos 200.000 euros aprobados en Pleno con la abstención de dos tercios de la Corporación repercutan gravemente en otros servicios esenciales para la ciudad.
Al menos eso se deduce del balance de Intervención, que vuelve a insistir, como ya hizo a principios de este año, en que "si no se toman medidas, la situación será de un mayor déficit en cada uno de los años futuros y una dificultad en la confección del presupuesto del ejercicio de 2021 y siguientes", en cuanto haya que empezar a pagar las amortizaciones de los préstamos ICO aplazados por carencias sin fin desde la anterior legislatura del PP. Es sumamente irresponsable que el gobierno del PSOE e InPar esté hipotecando de manera temeraria el futuro del Ayuntamiento, poniendo en riesgo sus servicios públicos y colocando a los ciudadanos al borde de la intervención ministerial, con las consecuencias que ello podría tener. Eso no lo hace un gobierno coherente.
Pago a proveedores
El balance de Intervención confirma que el periodo medio de pago a proveedores está ya por encima de los 500 días, más de un año y medio entre que se emite la factura y el Ayuntamiento paga. Esto significa que sigue habiendo servicios públicos esenciales que el Ayuntamiento no paga. La limpieza viaria, por ejemplo, cuyas facturas de 2018 están pendientes de abonar. O la tasa de incendios, que tiene un agujero cercano a los 5 millones de euros, por disponer de Parque de Bomberos en Aranjuez.
Son sólo ejemplos, entre otros muchos más, de la acumulación de facturas que este gobierno socialista es incapaz de asumir, únicamente enfocado en su gestión arbitraria, partidista y desordenada, incapaz de garantizar la mínima sostenibilidad del Ayuntamiento, no digamos un mínimo enfoque progresista. Un gobierno incapaz de controlar las externalizaciones, y que sigue pagando facturas de luz a terceros, como la Comunidad de Madrid y su Universidad.
¿Cuánto nos costará, en intereses, esas facturas que se siguen acumulando? Ya pagamos 23 millones de euros en intereses de todos los préstamos por los desmanes del bipartidismo.
Aranjuez Ahora firmó un acuerdo de estabilidad que implicaba la puesta en marcha, entre otras, de una serie de medidas de simple gestión pública que pasaban por la elaboración de unos presupuestos y unas ordenanzas fiscales para 2018, coherentes, y en una línea de sensibilidad social, de progreso y de estabilidad. Estamos ya a mitad de año, y el bipartidismo socialista ha omitido ese mínimo debate plenario, con la responsabilidad que ello conlleva. ¿Será su intención llevarlo a final de año, una vez que esté el presupuesto ya gastado? Eso no lo hace un gobierno que se dice de izquierdas. Un gobierno de izquierdas gobierna para toda la ciudadanía, y no se permite el lujo de hipotecar a una ciudad por caprichos, encuestas y compromisos. Un gobierno de izquierdas no lleva a la deriva una institución para facilitar a la derecha el discurso de los recortes y el austericidio.
Y, ante todo, un gobierno de izquierdas debe ser un gobierno transparente y participativo, que sepa bajarse del púlpito y mirar a la ciudadanía cara a cara en todo momento.
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