Aranjuez no es un municipio cualquiera. Es un Paisaje Cultural de la Humanidad, una marca global y un enclave histórico. Sin embargo, al caminar por sus calles o escuchar los debates en el Pleno Municipal durante este último año, uno percibe una disonancia cognitiva: la brecha entre la grandeza de su patrimonio y la cotidianeidad de su gestión.
Si analizamos el último año ha habido pilares significativos sobre los que incidir.
1. La batalla por lo básico (Limpieza y Mantenimiento): Es la queja recurrente y el talón de ancestral en nuestra ciudad. El gobierno con sus nuevos contratos y la fiscalización unido a la entrega tanto en medios como personal de la actual empresa de la limpieza, hace que la ciudad esté relativamente atendida. Hay un hándicap muy importante en el que tiene que trabajar la administración, y es en la conciencia social, sino es de forma pedagógica, deberá ser en modo sancionador.
2. La movilidad y la cicatriz del transporte: La línea C-3 de Cercanías sigue siendo el gran drama social y económico de Aranjuez. En 2025, las averías y retrasos no solo afectaron la vida de los trabajadores, sino que evidenciaron la falta de peso político de Aranjuez en Madrid y en el Ministerio. A nivel local, el cambio en la disposición horaria de los autobuses municipales ha sido motivo de descontento hacia el concejal de transportes, quien a día de hoy no ha dado solución a la gymkana que significa coger un autobús por la falta de horarios y de rigor en el cumplimiento de los mismos.
3. La "ciudad dual": Sigue existiendo una desconexión palpable entre el centro histórico/turístico y los barrios periféricos, especialmente La Montaña. Aunque se han dado pasos para dotar de servicios a este barrio, la integración social y urbana sigue incompleta. Aranjuez no puede operar a dos velocidades.
La vida política en el Ayuntamiento adolece de un exceso de tacticismo.
• El Gobierno (PP): Se ha centrado en la gestión económica y en intentar reducir la deuda, lo cual es loable y necesario, aparte de ir apagando fuegos según han ido surgiendo, socavón, incendios, etc.. Sin embargo, falta "relato". Falta un proyecto de ciudad que ilusione y de futuro. Gobernar no es solo cuadrar cuentas; es vender un futuro y dejar una impronta. La dependencia de pactos puntuales ha ralentizado grandes decisiones.
• La Oposición: El PSOE, tras perder la alcaldía, ha mantenido una fiscalización dura, pero centrada exclusivamente en el reproche del pasado inmediato. Un intento diario en “meter” al alcalde en todos los charcos desvirtúa el argumento. Acipa sigue jugando su papel de "conciencia localista", y el resto de la izquierda transformadora se ha centrado en una sorda y puntual labor política. El problema general de la oposición es que en muchas ocasiones diagnostican bien los problemas, pero no logran articular una alternativa o apoyo de gobierno que se perciba como viable y renovadora por la mayoría social, por centrarse simplemente en la crítica y no en la aportación de alternativas.
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El Proyecto que Aranjuez Necesita: Una Hoja de Ruta
La política de "parcheo" ya no sirve. Aranjuez necesita un Plan Estratégico Aranjuez 2030 que trascienda una legislatura. El proyecto político ganador (sea del color que sea) debe basarse en cuatro pilares innegociables: excelencia en la "Micro-política", redefinición de la relación con Patrimonio Nacional, Industrialización 4.0 y turismo de Alto Valor
El alcalde de Aranjuez debe ejercer de líder de la comarca de Las Vegas y del sur de Madrid. Para ello no le falta carisma, pero no le respaldan los compañeros de viaje, un equipo unido que luche codo con codo por los proyectos, ilusionado por conseguir un Aranjuez mejor, que persiga proyectos hasta la extenuación en el foro que sea necesario y que no asuman un carácter funcionarial en su trabajo colgando la chaqueta a las 15h, principalmente porque tienen el ejemplo de su alcalde, quien no tiene horario y está allá donde le reclaman, y si no también.

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