jueves, 27 de febrero de 2025

Ecologistas en acción Aranjuez tajantemente en contra del sistema de poda del arbolado ribereño y cuestiona la ley de la Comunidad

 










Arboricidio 2025 ¿Acaso quieren acabar con el Patrimonio Natural de Aranjuez?

Desde Ecologistas en Acción Aranjuez queremos denunciar, un año más, el brutal ataque que contra el patrimonio arbóreo lleva a cabo el gobierno municipal ¿Acaso quieren acabar con los árboles existentes, sobretodo, los que alcanzan una gran porte, y que han sido, una de las características por las que se ha concedido a este Real Sitio, el título de Patrimonio de la Humanidad?.

En lugar de dedicarse a mantenerlos, cortando únicamente las ramas que se metan en edificios y  las secas, se dedican a cortarles la guía (cabeza ) algo insólito y fuera de toda norma en cuestión de tratamiento del arbolado, por lo que vemos, como año tras año, en aquellos lugares donde han efectuado estas podas salvajes, la cantidad de ellos que se secan es enorme, siendo  fácil adivinar que a este ritmo, en no muchos años, nos quedaremos sin esos gigantes que lejos de incordiarnos y pedirnos algo a cambio, lo único que nos dan es sombra en verano y sol en invierno, además de oxígeno y otros elementos necesarios para la vida, pero eso sí, cuando nos dirigimos a los mandatarios y exponemos estas cosas, nos dicen, si se dignan a ello, que están plantando nuevos árboles , cierto es pero ¿En qué condiciones?  porque, además de ser en la inmensa mayoría de los casos, de mucho menos porte que los que están erradicando, el abandono en cuanto al mantenimiento es desastroso, no habiendo más que observar como las guías que ponen, para tutorar los árboles rectos, a los pocos días, que en bastantes casos no llega a la semana, ya están descolocados, arrancados, etc., sin que aparezca nadie a remediar estos hechos. Nos preguntamos ¿No tiene el Ayuntamiento que pedir responsabilidades a la empresa que los planta? o ¿es el propio Ayuntamiento quien tiene que hacerlo y no lo hace? 

El caso es que, año tras año, por no decir, día tras día observamos, como se va degradando el Patrimonio Arbolado de Aranjuez sin que tenga visos de parar esta sin razón, pero que no se olviden, que siempre estaremos ahí, para denunciar este y otros hechos que vayan en contra del Patrimonio de Aranjuez.



LEY DE ARBOLADO DE LA COMUNIDAD DE MADRID: TRAMPA ARBORICIDA


El negocio del árbol se produce cada año por estas fechas para beneficio de alguna empresa privilegiada, en detrimento de la salud del propio vegetal y merma en la seguridad vial del peatón en su tránsito por la calle y bienes estacionados. 


La ley 8/2005 de Protección y Fomento del Arbolado Urbano resulta un pliego de buenas intenciones, pero alejado de la practica real sobre el tratamiento del árbol en la ciudad, a su vez la estrategia de aplicación es sospechosamente errónea y por supuesto garrafal, al carecer por completo del requisito básico en cualquier norma administrativa que se precie: obligado cumplimiento a partes iguales entre vecinos y administración local, cuestión ésta última incumplida dolosamente. 


En Aranjuez llevamos muchos años soportando una pérdida importante de arbolado maduro que no resulta sustituido por ejemplares jóvenes, pues tardan en adquirir dicho porte cuando lo permiten las múltiples marras (caso de darse nuevas plantaciones) por falta de cuidados necesarios, alcorques vacíos y sucios convertidos en papeleras o ceniceros y los pies decrépitos o secos están al orden del día. Toda esta merma paisajística del arbolado de alineación en paseos, plazas o parques, son debidas fundamentalmente a las podas reiteradas, persistentes en el tiempo e innecesarias la mayor de las veces sobre pies longevos, jóvenes bien formados y todo aquello al alcance de la motosierra.


Actualmente salvo excepciones (continúan dandose), no se actúa con la vehemencia del pasado donde los desmoches y otras prácticas arboricidas eran habituales y consentidas por unos servicios técnicos y delegaciones municipales ajenos a su alto cometido en la salvaguarda del patrimonio natural urbano, cuando no siendo participes del entramado nocivo que rodea el tratamiento del paisaje arbolado. 

Dicho esto, desde el grupo ecologista seguimos sin entender ni compartir el empecinamiento de la Delegación Ambiental en continuar con las podas anuales indiscriminadas en las vías elegidas para ello sin atender el articulado de la normativa actual, que prohíbe muchas de las prácticas habituales dadas en el municipio, limitando las intervenciones sobre ejemplares concretos necesitados.

Caso de aplicar buenas practicas cambiando al tratamiento individualizado del arbolado, supondría aumentar el número de ejemplares inspeccionados para comprobar su estado vegetativo y consiguiente poda específica, incluida la tala con criterios rigurosos de darse la circunstancia (siempre tener en cuenta la multitud de beneficios que aportan los pies maduros), por tanto, evitaríamos derroches, ahorro significativo de recursos y aumentar los fondos para nuevas repoblaciones.  


Con esta Ley, aprobada a finales del 2005 por Esperanza Aguirre se omite la responsabilidad del gobierno municipal a la hora de proteger el arbolado y cuidar los espacios verdes en las ciudades, pues nuestros arboles están cada vez más debilitados por las continuas intervenciones sin criterio reparador sobre especies sanas como se ha descrito y pudimos constatar con Filomena donde numerosos pies caídos y ramas inundaron lugares públicos, con cuantiosos daños al mobiliario municipal y particular. Referente a los espacios verdes menguan en calidad y cantidad estando su conservación o mantenimiento entre el abandono y la obscenidad, caso del parque Colonia de Cables donde los coches medran a su antojo o el parque Pozo de las Nieves.

Al paisaje cotidiano descrito, sumemos pies con ramas bajas sobre la cabeza, parterres sucios sin cuidados, taludes o paseos okupados por tráfico aparcado (calle la Reina, plaza de toros, San Antonio etc), ante este sombrío panorama resulta difícil apelar a la sensibilización ciudadana como apunta la norma en su cuidado, tutela y protección.  


Pero el aspecto más increíble de la ley, -que inhabilita toda posibilidad de progreso en beneficio del arbolado urbano, generando una amarga sensación de impunidad absoluta del poder municipal, frente al que asociaciones en defensa del medio natural como la nuestra y vecinos comprometidos, nos vemos atados de pies y manos sin posibilidad de actuación legal-, es el resultado de la competencia tipificada en el Titulo III Régimen sancionador, cuya responsabilidad única recae en el órgano administrativo local, es decir, estamos ante el zorro al cuidado del gallinero.

        

Nuestro patrimonio histórico natural y cultural bajo tutela del principal y casi único depredador del paisaje arbolado y vegetal de la ciudad. El propio ayuntamiento en su ámbito territorial, resulta competente para iniciar, instruir y resolver los procedimientos sancionadores, reparación e indemnización de daños, recayendo según el Art. 15 en alcalde o concejal del ramo en casos graves y del Pleno en los muy graves. 

Una ley, en definitiva, que desde Ecologistas en Acción y muchos ciudadanos llevamos años denunciando su inutilidad por nefasta, injusta o arbitraria, pues carga la culpa poniendo el punto de mira sobre el eslabón más débil de la cadena, el modesto vecino o comunidad de propietarios dueño de algún arbolillo en su finca, circunstancia ésta a todas luces anecdótica, frente a la gran masa vegetal gestionada por el consistorio. 

 

Esta notable indefensión del tejido social de la ciudad de cara al atropello del gobierno de turno municipal, que ampara la Ley 8/2005 desprotectora del arbolado urbano en la Comunidad de Madrid, debería cambiar radicalmente sus principios y Titulo III. Capítulos I y II, otorgando el régimen de tutela y sanción sobre la administración de rango superior léase autonómica y sus técnicos cualificados, al menos su atribución sería más garantista y los ciudadanos tendríamos la oportunidad de un recurso donde depositar nuestras lamentaciones.

 

Resulta inconcebible en pleno siglo XXI con el conocimiento adquirido para bien o para mal, de prácticas silvícolas en una ciudad como Aranjuez distinguida por su valor natural y paisajístico de primer orden, no disponga al igual que otras muchas, un elemento de protección como es la Declaración del derecho del árbol en la ciudad, como factor cultural y de habitabilidad, ambos conceptos determinantes en la calidad de vida urbana. Debiendo recoger una serie de principios básicos como el desarrollo del árbol en toda su plenitud y potencialidad, disponer del espacio suficiente, condiciones de riego, aportes de nutrientes y prácticas de mantenimiento actualizadas acordes al beneficio que nos aportan.  


Finalmente, el grupo local ecologista considera el Plan Director de Protección y Gestión de Zonas Verdes de Aranjuez en vigor desde el 2015, un inflado tocho con 810 páginas incumplido e ignorado por los distintos gobiernos municipales incluido el actual, el mismo que en 2010 realizo una propuesta al Plenario (en la oposición obviamente), quejándose amargamente del estado del arbolado urbano.         







 
























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