jueves, 30 de enero de 2025

La Casa Negra se pronuncia sobre la situación del Archivo Municipal cerrado al público

 


Los criterios de cesión de locales municipales

El archivo municipal de Aranjuez está cerrado desde hace muchos años. Pero durante ese tiempo en la partida presupuestaria constaba una archivera. Ella –y un cronista oficial– sí han podido consultarlo y explotar ese privilegio académica y profesionalmente en artículos, conferencias y libros. Incluso hasta en la anterior legislatura hubo una concejalía de Archivo. Sin embargo, el archivo era inaccesible –y sigue siéndolo– para cualquier otra persona.

De semejante negligencia institucional nace, en parte, el proyecto de La Casa Negra (LCN) el 10 de septiembre de 2018, con el objetivo de investigar, profundizar y dar a conocer la historia social de Aranjuez, la historia de sus ciudadanos y ciudadanas; la de la Villa, no la del Real Sitio. A partir de sus actividades ha ido atesorando material fotográfico y documental de la historia de las clases populares ribereñas en un fondo de archivo. En definitiva, intenta construir un archivo social que, en una situación normal, también sería empeño del ayuntamiento, en unas dependencias apropiadas al efecto. Pero estas, lamentablemente, permanecen cerradas y, por tanto, guardan un material inservible. “Guardan” es una forma de hablar, porque la falta de uso durante años garantiza su deterioro progresivo, agravado por los traslados de la Filomena. Las urgencias del momento, la falta absoluta de transparencia y la desidia de la institución por la cultura y la memoria nos hacen sospechar lo peor. Pero no lo sabemos, porque no puede ser consultado.

Un testimonio flagrante de lo que se acaba de decir fue la firma por parte de LCN de un acuerdo de préstamo en comodato del legado fotográfico de Antonio Talavera Palazón con sus herederos y herederas legales. Es un hecho relevante que, habiendo sido Antonio Cronista Oficial Gráfico de Aranjuez desde julio de 2009, la familia hiciese explícita su voluntad de no dejar la gestión de su obra en manos del ayuntamiento.

La ingente obra de Talavera –que consta de unos 22000 positivos y 66000 negativos, además de otros materiales diversos– refleja la realidad cultural, deportiva, urbanística, medioambiental y política de Aranjuez desde aproximadamente 1960 hasta 2017. Si estuviese a disposición del pueblo en un espacio público y pudiese servir de consulta a académicas, docentes, historiadoras y aficionadas, el patrimonio cultural crecería exponencialmente porque ese material podría ser objeto de investigación, para estudiantes por ejemplo. De hecho, la iniciativa de LCN, a pesar de la indigencia de sus recursos, ha dado su primer fruto con un trabajo de fin de máster de una colaboradora que ha inventariado la obra de Talavera y está ya en avanzado estado de catalogación. Hay en marcha una campaña de financiación cuyos fondos se destinarán a la conservación del material y, en un tiempo no largo se difundirá y pondrá al servicio del pueblo, gracias al equipo de colaboradores y colaboradoras que sigue creciendo.

Es fundamental que los ciudadanos y ciudadanas de Aranjuez, investigadores e investigadoras o personas interesadas puedan acceder a los documentos materiales del archivo municipal. Pero está cerrado y las responsables ni siquiera acusan recibo de las solicitudes de uso y de las quejas. Lo que debería ser un registro de materiales de consulta fácil y frecuente se ha convertido en un almacén inerte, deshabitado e inútil.

El día 3 de diciembre de 2020 el por entonces secretario general del Ayuntamiento de Aranjuez, Antonio Yagüe Cuesta, certifica que la junta de gobierno local ha acordado una propuesta de la concejalía delegada de Participación Ciudadana para inscribir a LCN en el Registro Municipal de Asociaciones, siguiendo el Reglamento de Participación Ciudadana aprobado el 1 de septiembre de 2006. Son importantes la fecha y el reglamento.

El 13 de abril de 2021 LCN solicita por vez primera al ayuntamiento la cesión de un local municipal –de aquellos en los que diversas asociaciones de la localidad realizan sus actividades–, uno adecuado a sus objetivos: almacenar y custodiar archivos documentales y fotográficos, con espacio suficiente para puestos de consulta y trabajo individual, con garantías de habitabilidad. El volumen de material ha ido aumentando con el paso de los años gracias a las donaciones de particulares, entidades y asociaciones que comparten el objetivo de que la memoria social de nuestro pueblo no se pierda o permanezca fragmentada y oculta. No hay que olvidar la importancia de que ese propósito adquiere por el hecho de que el archivo municipal de Aranjuez permanezca cerrado desde hace años sin causa alguna que lo justifique.

Recuérdese que la inscripción de LCN en el registro de asociaciones en el año 2020 se hizo de acuerdo con el reglamento de 2006. Pues bien, el artículo 15 del Reglamento de Participación Ciudadana del Ayuntamiento de Aranjuez establece que las asociaciones inscritas en el Registro Municipal de Asociaciones acceden al uso de medios públicos municipales, especialmente los locales, según la Ordenanza Reguladora de la cesión de uso de locales municipales que se aprobó ¡¡¡en el pleno municipal de 22 de noviembre de 2018!!!, pero no hay ni rastro de ella en la web municipal y además no se está aplicando. ¿Por qué no hay rastro de ella? Porque, aunque hay obligación de hacerlo, esta ordenanza aprobada en pleno no está publicada y, por tanto, no se aplica. ¿No es maravilloso? Un ayuntamiento adopta acuerdos que luego no hace públicos y no aplica. ¿Qué nombre tiene o cómo se llama el incumplimiento por parte de un ayuntamiento de las ordenanzas que él mismo ordena poner en práctica?

¿No es irónico que la normativa que regula la cesión de espacios municipales a las vecinas no esté al alcance de estas, especialmente cuando depende del departamento destinado a fomentar la participación ciudadana? Además, esa opacidad facilita la arbitrariedad a la hora de adjudicar el uso de los locales, como se demostrará más abajo.

La respuesta de Participación Ciudadana siempre era la misma y siempre verbal: “Los locales de los que dispone el Ayuntamiento son limitados y se van a adjudicando a las asociaciones locales por riguroso orden de petición”.

LCN reitera su petición el 12 de febrero de 2022. Recordemos que los criterios de cesión no se conocen porque los recoge una ordenanza fantasma, pero las personas responsables afirman que se respeta el orden de petición. Sin embargo, como ya se ha sugerido, no es así: en abril de 2024 se concedió el uso de un local municipal a una asociación que solicitó su inscripción en el Registro de Municipal de Asociaciones el 9 de febrero de 2023, más de dos años después de que LCN hiciera su primera petición. Es, por tanto, imposible que dicha asociación hubiera solicitado el uso de un local municipal antes que LCN. Esa adjudicación supone un trato desigual y claramente discriminatorio, que, a falta de una normativa reguladora, solo puede pensarse que nace de la arbitrariedad. Y conculca varios derechos.

Con todo, el 11 de agosto de 2024 LCN solicita una reunión con el alcalde, que se celebra en octubre en presencia de María Pilar Dávila, concejala delegada de Participación Ciudadana. En ella se reitera la petición de un local municipal. El alcalde emplaza a la concejala a gestionar la cesión y dar una respuesta antes de finales del mes en curso.

A partir de ese momento se suceden las excusas y las maniobras dilatorias que nos obligan a ponernos de nuevo en contacto con el alcalde el pasado 26 de noviembre de 2024, esta vez mediante una carta en la que se hacía una relación de los hechos, para su información, y se le recordaba el compromiso directo adquirido por él mismo, personalmente, en la reunión.

En abril se cumplirán cuatro años de la primera petición y hasta la fecha no se ha obtenido respuesta ni por parte de la alcaldía ni por parte de la concejalía de Participación Ciudadana. El actual alcalde era anteriormente concejal de Participación Ciudadana y ni antes se dignó ni ahora se digna. Tal como se le comunicaba en la carta, LCN se ve obligada a buscar otras soluciones, lamentablemente. Es lamentable porque se hace patente el desdén de la corporación actual por la gestión del patrimonio municipal, su indiferencia por la cultura, a la que ve solamente como adorno o como negocio, y el abandono definitivo del archivo municipal. ¿Ha pensado el alcalde quién va a gestionar en el futuro el ingente material fotográfico que genera su constante exhibición pública?

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