La reciente noticia de la importante inversión de Patrimonio Nacional en nuestra ciudad ha respondido por fin a las reiteradas denuncias que gran parte de la sociedad ribereña venía realizando a lo largo de estos años, muchos años, demasiados años. La cantidad considerable de casi 20 millones de euros da idea de la magnitud de los distintos proyectos así como del estado de dejadez que se encuentran tantos los espacios exteriores de los jardines como interiores de Palacio y otras dependencias. Y es que nadie entendemos como una localidad como Aranjuez, con un importantísimo patrimonio presenta tal estado de dejadez por parte de todas las instituciones involucradas estado que presenta y esperanzados esperamos poder decir que presentaba a medio plazo fruto de la ejecución del proyecto.
Algunos de los proyectos anunciados por Patrimonio Nacional responden a algunas de las más vergonzosas inacciones durante más de 12 años, la fuente de Hércules y Anteo, carta de presentación del Jardín del Parterre. Pero Patrimonio ha ido de la mano de los diferentes gobiernos y colores políticos que han gobernado en unas cuantas legislaturas atrás. Resulta cuanto menos curioso y digno de estudio que determinados políticos clamen al cielo cuando ellos hace unos años tuvieron la oportunidad de poner remedio y no lo hicieron. Parece que estar en la oposición da patente de corso para criticar lo que uno mismo no hizo y elimina la autocrítica de la ecuación. Lo cierto es que partidos de izquierdas y de derechas han gobernado Aranjuez en estas últimas décadas y la dejadez ha sido exactamente la misma. Por eso determinadas indignidades generan en los que tenemos un mínimo de memoria hastío y hartazgo. Tenemos las elecciones a la vuelta de la esquina, y lo cierto es que el abanico de opciones es más de lo mismo, es momento de sopesar opciones y es lo que tienen las elecciones locales que a una mínima parte de los candidatos los conocemos, y en las listas algún nombre hay de personas capacitadas, involucradas y que realmente han demostrado su valía y compromiso. Esos deberían ser nuestros referentes, no los que han estado como convidados de piedra tanto en el gobierno como en la oposición, que para eso los pagamos a todos con nuestros impuestos, no para llegar y poner la mano sin hacer absolutamente nada y dejar una impronta tan poco reseñable que no seamos capaces de recordar sus nombres en el siguiente periodo electoral. Esperemos que el despertar de Patrimonio también sea el despertar del conjunto de la ciudad.
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