En el estado excepcional de alarma que sufre nuestro país están cobrando especial importancia las tiendas de barrio, las antaño tiendas del olvido están resultando una pieza clave de la sociedad actual, y ofreciendo una comodidad a quien por sus circunstancias no puede desplazarse a una gran superficie a realizar las compras de primera necesidad.
Una de las grandes ventajas del comercio de barrio es la atención personalizada que te ofrece el tendero o dependiente. La posibilidad de realizar las compras a pie, la calidad en muchas ocasiones de los productos, dependen normalmente de cultivos propios o de los ahora llamados de km. 0, de agricultores locales que surten de producto de temporada a las mismas.
Normalmente cuando se habla de la tienda de barrio hablamos de comercio de proximidad, un comercio que en muchas ocasiones suele ser un negocio familiar, con una larga trayectoria y que va pasando de padres a hijos, o montado por jóvenes emprendedores. Además muchas de ellas están realizando un sobreesfuerzo, al ser uno o dos empleados, ofreciendo el reparto a domicilio y el cobro con TPV para las personas con imposibilidad siquiera de salir de sus casas. Las empresas familiares representan en España el 90% de las sociedades mercantiles, y aportan un valor a la situación económica global muy importante.
Por todo ello y gracias a la nada deseable situación que estamos sufriendo de confinamiento, deberíamos valorar más que nunca el servicio que realizan, los interminables horarios y una vez salgamos de la excepcionalidad que vivimos, seguir contando con ellos dentro de los proveedores de alimentos y productos para nuestro hogar, porque en definitiva las tiendas de barrio hacen pueblo y como tal debemos darle el lugar que merecen, por su más que demostrada necesidad.
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