El túnel del Regajal es una pesadilla para Adif. Otra más. La empresa pública encargada de la red del AVE batalla contra los elementos desde hace casi una década en este punto entre Madrid y Toledo por el que pasa el AVE a Valencia. El túnel, construido para no dañar la rica colonia de mariposas de la zona, hace de drenaje y deshace el terreno, rico en sales. Las escorrentías hacen que esas sales acaben vertidas en una zona protegida. De forma que ya lleva gastados más de 140 millones en un túnel de 2,4 kilómetros y ahora tiene que construir unas salinas artificiales en las que acumular la salmuera y no dañar el medio ambiente. Esta es la historia de cómo la mala elección de un trazado marcado por prisas e intereses políticos acaba siendo un pozo sin fondo.
Las máquinas se afanan en la boca sur del Regajal, en Toledo pero muy cerca del límite con Madrid. Los camiones se mueven cargados de tierra y decenas de tubos de hormigón esperan junto a las vías del AVE. De vez en cuando, pasa algún tren camino de Valencia o Madrid. Una señal azul avisa de que la velocidad máxima son 200 kilómetros por hora. Hacia el oeste y más allá de la autopista de peaje, descarga un pequeño drenaje. Cualquiera que no conozca la zona no sabría que procede del túnel. Allí, un caudal pequeño pero continuo de agua da a parar a la microrreserva del salobral de Ocaña, de 319 hectáreas y protegida por Castilla-La Mancha. El agua parece verde y una costra blanca que ocupa muchos metros cuadrados da un aspecto extraño al lugar. Son las sales que proceden del subsuelo, las que está siendo disueltas por el agua del entorno del túnel, en un proceso continuo que está castigando la obra.
El terreno tiene anhidrita, que cuando se disuelve en agua forma yesos que generan tremendos problemas de hinchamiento. También hay glauberita, thenardita y halita. Son terrenos muy complicados, porque en cuanto entran en contacto con el agua se disuelven", explica Manuel Lombardero, miembro del Colegio de Geólogos y con larga experiencia en proyectos similares. Lombardero observa las fotos del terreno cubierto con una costra blanca. "Si hace sol y tiene un aspecto arenoso, es thenardita; si hace frío y humedad, se convierte en cristales de mirabilita". La diferencia es la cantidad de moléculas de agua que contiene cada molécula de estas sales, todas distintas formas de sulfatos.
Para entender cómo se ha llegado hasta aquí, hay que viajar a finales de los años noventa. 'Boom' del ladrillo y fiebre del AVE. Toda capital que se precie tiene que estar conectada por la alta velocidad. Hay prisa. El Gobierno de Aznar y las comunidades pintan un mapa lleno de puntos de AVE. “El anteproyecto del AVE de Valencia recuerda que lo hicieron las tres comunidades, Madrid-Gallardón, Castilla-La Mancha-Bono y Valencia-Zaplana. Bono no participó en el proyecto para no gastar dinero y Madrid hizo hasta Contreras, y Valencia el resto”, recuerda un ingeniero que participó en ese proyecto y que pide el anonimato. En el sector, es común hablar bajo esta condición. No es que sea un asunto de seguridad nacional, es que todo el mundo tarde o temprano trabaja para Adif, y desvelar los problemas de las obras puede traer problemas laborales. Los técnicos propusieron la solución norte. El AVE salía por el que iba a Barcelona y a la altura de Torrejón viraba hacia el sur. Dos grandes viaductos salvarían los valles del Tajo y del Tajuña.
Los últimos contratos son de 2016 e incluyen nuevos estudios hidrogeológicos para conocer la relación del agua en la zona. Como en los túneles de Pajares, los estudios hidrogeológicos en detalle se contratan con la obra ya en funcionamiento. Quizá quien puso el trazado ahí debería haber buscado en la RAE antes. Regajal viene de regajo: “Charco que se forma de un arroyuelo”. La boca del túnel en Toledo está junto en el salobral de Ocaña y el arroyo que lo cruza es el arroyo salado. La toponimia ya daba pistas de que había sales.
En Adif sostienen que no es que no supieran que fuera a haber problemas. “Es un túnel muy complicado, pero se sabía. Lo que no se sabía era la estimación del volumen de agua que fluye. Se esperaba un flujo mucho menor. Ahora tenemos que seguir avanzando en el estudio hidrogeológico para averiguar el origen de las aguas”, señala Pardo de Vera. Además, Adif ha informado al Ministerio de Medio Ambiente y a la Junta de Castilla-La Mancha de su proyecto para desviar el agua que sale del túnel hacia unas salinas artificiales al sur de la reserva del salobral de Ocaña, y quién sabe si incluso darle un destino comercial en el futuro, ya que esas sales tienen amplios usos industriales. La opción de retirar periódicamente la costra salina no es viable: sería un trabajo perenne y además la Declaración de Impacto Ambiental no lo permite.
Fuente El Confidencial
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