viernes, 4 de agosto de 2017

Aranjuez Ahora denuncia la situación crítica en que se encuentra el servicio de recogida de basuras y limpieza viaria en Aranjuez

Hace un año y medio, en el pleno ordinario del 18 de febrero de 2016, el entonces concejal delegado Carlos Róspide pedía a la Corporación que aprobara la solicitud de una prórroga de un año para el contrato de basuras y limpieza urbana con la empresa CESPA. El plazo estipulado para la prórroga terminó el 16 de marzo de 2017. Al no haber solicitado una segunda prórroga, el equipo de gobierno tiene 6 meses más para realizar la renovación del contrato —esto es, hasta el mes que viene— o, de lo contrario, la recogida de basuras y la limpieza viaria se pueden ver reducidas a mínimos en Aranjuez. Si las afirmación del Partido Popular en el pasado pleno de julio sobre la reciente proliferación de ratas, cucarachas y mosquitos era sin duda exagerada, muy pronto y gracias a la interminable paciencia del PSOE podría llegar a no serlo. 


«No tenemos intención de ir a la segunda [prórroga]», afirmaba Róspide en una de sus intervenciones durante aquel pleno, «porque la intención es sacar un nuevo pliego de condiciones que nos permita llevar un contrato de la basura, que es el más importante que tiene Aranjuez hoy por hoy, y poder hacerlo con luz y taquígrafos». 


En efecto, el servicio de limpieza urbana no es sólo uno de los más importantes —y de los que más volumen ocupan en las partidas presupuestarias— de toda administración local, sino que en el caso particular de Aranjuez se trata de un servicio absolutamente imprescindible por lo todo que implica. 


Por un lado, el contrato con la empresa CESPA se realizó hace ya once años y los servicios que entonces se acordaron no corresponden con el plano urbanístico, la extensión y el aumento poblacional que actualmente tiene Aranjuez. ¿Alguien ha notado lo sucia que está nuestra ciudad? Pregúntese si el hecho de que el mismo número de empleados y recursos se dediquen a tres barrios más que hace 11 años —AGFA, La Montaña y Las Artes— tiene algo que ver. Tampoco ayuda a esto la enorme deuda con la empresa CESPA, que en febrero de este año ascendía ya a más de 19 millones de euros, deuda a la que ha contribuido notablemente —aunque no sólo— la agraciada colaboración del anterior gobierno del Partido Popular al suprimir la tasa de la basura, que permitía un ingreso en torno a unos 2 millones de euros anuales, y al decidir durante su mandato dejar de pagar a la empresa generando un enorme agujero en las arcas municipales.


Otra de las cuestiones, en relación con esta, es que el de las basuras es uno de los contratos más complejos que puede hacer un ayuntamiento, debido a la cantidad de factores que intervienen en su elaboración. Esto implica que se necesita un «tiempo sosegado», en las propias palabras del antiguo concejal delegado, para la elaboración de un nuevo pliego de condiciones que permita la renovación del contrato, especialmente si se quiere hacer «todo lo abierto que es necesario, y que puedan acudir todas las empresas» que quieran optar a la concesión del servicio. Por eso mismo, la alcaldesa Cristina Moreno daba las gracias en este mismo pleno a los partidos que habían votado «a favor de que esto se mantenga un año más para poder estudiarlo bien y para sacarlo como entendemos que tenemos que sacarlo».


Y sin embargo, la paciencia tiene un límite, y las cláusulas de los contratos aún más todavía. Parece ser que un año no ha sido suficiente para el equipo de gobierno, pese a las confiadas palabras de la alcaldesa al afirmar que la prórroga del contrato «podríamos haberla hecho de dos [años], pero ahí sí queda patente la voluntad de este equipo de gobierno de que hay que revisarlo con tranquilidad, podíamos haberlo hecho por dos y nos habríamos quitado el problema. Pues no, mire: se hace por uno, se hace durante un año porque sí se puede, sí se puede». No se ha podido, y a día de hoy, a apenas un mes de la finalización definitiva del contrato, no se ha finalizado ni consensuado aún la elaboración del pliego de condiciones para la renovación del contrato de basuras y limpieza viaria, cuya licitación conllevaría al menos un periodo de tres meses. 


Aranjuez Ahora denuncia esta situación y advierte a la ciudadanía y al equipo de gobierno de que, de no prestar mayor diligencia a la licitación, nuestra ciudad puede encontrarse en una situación crítica a nivel de higiene y salud para las vecinas y vecinos, así como para los propios trabajadores del servicio, que se encuentran actualmente en una incertidumbre laboral que el equipo de gobierno tiene en sus manos resolver.

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