martes, 22 de septiembre de 2015

En recuerdo de Juan de Mora Medina

JUAN DE MORA MEDIDA
Un hombre comprometido con su ciudad

El pasado miércoles 16 de septiembre, despedíamos a un querido vecino de Aranjuez, Juan Ángel de Mora Medina, empresario y comerciante, tras una dura enfermedad que afrontó con entereza y serenidad, apoyado hasta el final por su familiares.

Juan de Mora formaba parte de una extensa y arraigada saga familiar dedicada al comercio en nuestra ciudad, desarrollando su actividad profesional en diversos sectores y negocios. 

Formaba también parte de ese grupo de comerciantes, que hoy denominaríamos emprendedores, que contribuyen de forma decidida a la generación de empleo y al desarrollo económico de la ciudad en la que viven y en cuyas estructuras sociales, educativas o culturales, se involucran de forma altruista y desinteresada.

Juan fue un hombre comprometido con su tiempo y su entorno social y cultural. Poco conocida, porque nunca gustó de reconocimientos o adulaciones personales, era su faceta solidaria y humanitaria, colaborando en obras sociales y ayudando a personas o a familias con escasos recursos o que atravesaban por situaciones de emergencia o riesgo social.

Destacó por su defensa y apoyo a diversas iniciativas culturales, colaborando activamente en varios proyectos y actuaciones en Aranjuez, durante años. Entre ellas, queremos significar especialmente su vinculación con la Comisión del IV Centenario del Quijote, desde sus inicios en 2004, formando parte de la primera Junta Gestora, hasta la conclusión de los trabajos de la Comisión, hace ahora una década. Su concepto del mecenazgo y el patrocinio, pasaba, en todo momento, por un sincero compromiso activo, aportando ideas y recursos, asistiendo a todos los actos programados y participando en la financiación de actuaciones que han perdurado en el tiempo, como la Fuente de Cervantes, erigida por suscripción popular en el nacimiento de la Calle de la Reina.

Juan fue una persona cercana, educada, amable y jovial, que hizo gala de un respetuoso sentido del humor y que se comprometió con su ciudad y con su entorno, del que aprendimos mucho quienes tuvimos la suerte de gozar de su amistad.

Queden su memoria y su dedicación, como ejemplo para quienes están convencidos de que las ciudades viven a través de las colectividades que las habitan, y que las mejores huellas que podemos dejar cuando partimos, son las que proceden de la honradez, la solidaridad y el compromiso social.

Firman este obituario, varios miembros de la extinta                                                                               
Comisión del IV Centenario del Quijote en Aranjuez: 
Cristino Domenec, Esperanza Manzaneque, Javier Martínez-Atienza,                                               
Ramón Peche, Carmen Rodríguez, Carlos Ruiz de Toledo y Francisco Santos

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