La Casa de Moura - sin ánimo de incordiar

No es con ánimo de incordiar, por supuesto, pero ¿alguien sabe hacia dónde vamos? Me refiero a nivel local, en Aranjuez. ¿Cuál es el modelo de desarrollo, hacia dónde se dirigen los esfuerzos de proyección de la ciudad, con qué armas y argumentos enfrentamos nuestro futuro? ¿Qué se proyecta, cómo podemos ayudar los ciudadanos, qué parte de nuestros objetivos personales podemos ligar al desarrollo de la ciudad? ¿Vivimos para estar o estamos para hacer? ¿Somos parte de algo o no hay nada de lo que podamos sentirnos parte? ¿Aranjuez es el camino o sólo es un contenedor?

Uno puede vivir en una ciudad, la que sea, sintiéndola como el mero espacio en el que tiene su vivienda, compra lo que necesita y obtiene unos servicios comunitarios por los que paga unas determinadas tasas e impuestos.  Nada que objetar a esta forma de ver la ciudad en la que uno reside, pero algunos queremos formar parte de la ciudad, queremos vivir la ciudad, queremos sentir el pulso de la ciudad, queremos participar en la vida de la ciudad, queremos estar para hacer, queremos ser parte del futuro de la ciudad, trabajar en ello, ayudar en ello, animar a ello.

Esta segunda opción que es tan respetable como la de ver la ciudad como un simple contenedor de personas, tiene un pequeño inconveniente cuando quienes han sido elegidos para dirigir las instancias municipales, no definen qué camino es el que quieren que andemos todos juntos.

Es esa una decisión muy importante y tomarla conlleva asumir unas responsabilidades que le corresponden a quienes han sido elegidos por los ciudadanos para ello.

Nada desdeñable ha sido la aportación del sector industrial a nuestra ciudad. Son muchas las familias y las generaciones de ribereños que han podido ver su vida realizada gracias a la presencia en Aranjuez de importantes industrias, Lever, Agfa, Indra, Robert Bosch, Cepa, Azucarera, Cables... y muchas más, que durante un tiempo permitieron que Aranjuez fuese una ciudad con un potencial económico enorme basado en el sector industrial.

No descubro nada nuevo por manifestar que evidentemente esto ya no es así, no lo es desde hace ya mucho tiempo y sinceramente creo que no volverá a ser así.

Posiblemente a algunos no les guste que recuerde lo que ya hace años, desde el gobierno municipal del Partido Popular que tuve el honor de dirigir, dibujábamos como líneas para el desarrollo futuro de Aranjuez. Que Aranjuez basase su crecimiento, su futuro económico en el Ocio, el Turismo y la Cultura, teniendo como herramientas indispensables el Medio Ambiente y las Nuevas Tecnologías.

Siguiendo aquellas línea trabajamos durante ocho años y lo curioso es que quienes han gobernado después, algunos de ellos en su momento se echaban las manos a la cabeza ante aquella definición  del crecimiento Aranjuez, lo que han sabido hacer lo han hecho en ese mismo modelo, aunque sin querer reconocer la razón que aquel planteamiento tenía.

Curiosamente también, si analizamos las noticias que sobre Aranjuez nos llegan en los últimos tiempos, nos damos cuenta que las realizaciones más importantes tienen que ver con el ocio, el turismo y la cultura aunque, eso sí, de una forma timorata y no decidida que posiblemente tenga mucho que ver con la nula voluntad de reconocer que otros teníamos razón.

Desde el año 1995 la inmensa mayoría de los empleos que se han creado en Aranjuez han estado relacionados con el ocio, el turismo o la cultura, con la salvedad del hospital del Tajo y con un único nicho de empleo del sector industrial en la planta de Cortefiel, que fue también gestionado en sus inicios por aquel gobierno del PP gracias a la inestimable colaboración de UGT y que,  dicho sea de paso, poco tiene que ver con el empleo industrial al que hacen referencia aquellos que siguen clamando por aquel sector.

Seamos serios, ¿qué es eso de la ciudad de Indra?, por ejemplo. Cuántos empleos se han creado con ese sueño?

Los hoteles nacidos a partir de 1995, la Universidad, el casino, Leclerc, pequeñas empresas relacionadas con el medio ambiente, con el turismo, con la cultura, con el comercio, nacidos a partir de aquella apuesta por un modelo de ciudad concreto son las que están dándole aire a los asfixiados pulmones de nuestra ciudad.

En el sector industrial ha ocurrido justo lo contrario, se han destruido miles de puestos de trabajo.

Creo que la senda iniciada con la declaración de Aranjuez como Paisaje Cultural Patrimonio de la Humanidad en el año 2001, debe marcarnos el rumbo. Luchar contra los elementos, empeñarnos en dar con la cabeza siempre contra el mismo muro creo que no tiene ningún sentido, máxime cuando la opción del Ocio, el Turismo y la Cultura aparece clara y en ella tenemos todo a favor.

Cuando oigo hablar de suelo productivo, he de reconocer que me tiemblan las carnes. Lo que debe ser productivo es el trabajo de las personas ya sea físico o intelectual, lo que debe ser productivo es el tiempo que nuestros responsables municipales emplean en beneficio de todos y, sinceramente, empeñarnos en andar caminos que ya no son transitables, creo que es una lamentable pérdida de tiempo.

Tiempo es precisamente lo que no nos queda, al menos para perderlo, si queremos que Aranjuez respire a pleno pulmón.

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